Riesgos de que tu lubricante se contamine con agua
Cuando de lubricación se trata, el agua es uno de los contaminantes con mayor potencial destructivo. Aunque se trata de un líquido vital, en este caso es capaz de causar daños importantes al lubricante y, en consecuencia, a la maquinaria en la que se emplea. De ahí la importancia de monitorear, controlar y prevenir la contaminación con agua mediante los procesos adecuados, para evitar circunstancias como:
Oxidación y corrosión en las partes metálicas
Que se diluya la viscosidad del aceite, disminuyendo con ello la capacidad de carga del fluido y su capacidad para mantener las partes metálicas separadas, lo que aumenta la fricción, la abrasión, el desgaste de los componentes y el calor
Fomentar la formación de ácidos corrosivos, como los ácidos carboxílicos
Promover el arrastre de aire (burbujas dispersas por todo el aceite) o formar vapor de agua, lo cual a su vez puede causar picaduras en las superficies metálicas, una condición conocida como cavitación
Entrar en grietas microscópicas en las superficies metálicas, donde puede hacer que las grietas se extiendan y causar descamación, astillado y/o desmoronamiento del metal
Formación de emulsiones que promueven lodos y otros depósitos que obstruyen los filtros y orificios
Fomentar la proliferación de microorganismos que pueden causar corrosión, lodos y otros depósitos y pueden degradar los aditivos
Así que minimizar la contaminación por agua en un lubricante influye directamente en la capacidad de prolongar la vida útil del equipo. Para lograrlo, puedes monitorear el contenido de agua mediante la práctica regular y programada de análisis de aceite.
Estas pruebas y análisis de laboratorio pueden evaluar el contenido de agua con mucha más precisión que la que obtiene una persona a simple vista. Llevarlas a cabo de forma periódica puede ayudar a detectar problemas de contaminación del agua desde el principio, antes de que este líquido tenga la posibilidad de causar daños. También puede ayudar a identificar la fuente de contaminación del agua, y con esta información, tomar medidas correctivas para minimizar o prevenir problemas futuros.
Eliminar el exceso de agua de un lubricante de manera oportuna es clave para evitar daños graves al fluido y los componentes. Existen varios métodos de eliminación, cada uno de los cuales puede ser más apropiado en determinadas situaciones que en otras, por ejemplo:
Drenar el agua sedimentada del fondo del sistema suele ser una opción sencilla y rentable, que depende de la gravedad para realizar la mayor parte del trabajo. Sin embargo, debes tomar en cuenta que solo elimina el agua libre, no el agua emulsionada o disuelta en el aceite. El aceite necesita una buena demulsibilidad y una gravedad específica menor que la del agua para que este método sea eficaz.
Se puede usar una centrífuga para separar el aceite y el agua, y generalmente elimina el agua libre y emulsionada; pero no el agua disuelta en aceite. Este método funciona mejor con aceites que tienen un peso específico bajo en relación con el agua, ya que cuanto mayor es la diferencia en el peso específico, más eficazmente la centrífuga puede separar los fluidos.
Algunos tipos de medios filtrantes absorbentes pueden eliminar del aceite cantidades limitadas de agua libre o emulsionada. Esta opción puede resultar útil para aplicaciones con poca contaminación del agua. Sin embargo, puede ser insuficiente o poco práctico, dado que requiere cambios frecuentes de filtro, si se necesita una remoción sustancial de agua.
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