6 maneras en que un programa de lubricación en tu empresa puede reducir el impacto ambiental
Reducir su huella ambiental y contribuir al cuidado del medio ambiente mediante prácticas ecológicas es una preocupación actual de cientos de compañías de diversos rubros industriales. Mucho se discute acerca de cuáles son las medidas adecuadas para continuar operando con éxito sin perjudicar el entorno, y por supuesto haciendo buen uso de los recursos naturales no renovables.
Para enriquecer esta discusión, a continuación, proponemos seis oportunidades accesibles que los industriales pueden poner en práctica para reducir su impacto ambiental, mediante las prácticas de lubricación:
1. Actualizarse al uso de un lubricante de vida útil prolongada: Los lubricantes de vida útil prolongada reducen el consumo de las materias primas y la energía necesaria para producir y transportar un lubricante a su sitio. Estos lubricantes pueden ofrecer muchos beneficios, que incluyen menos mantenimiento de la maquinaria, menor consumo de recursos y menos riesgos de seguridad asociados con el cambio de aceites. Además, la longevidad mejorada del lubricante a menudo reduce el costo del ciclo de vida de la lubricación. Los lubricantes sintéticos generalmente proporcionan un aumento significativo en su vida útil, en comparación con los aceites minerales de grados similares, especialmente a medida que aumenta la temperatura de las partes del equipo industrial.
2. Cambiar a un lubricante más eficiente energéticamente. Los lubricantes avanzados pueden ayudar a reducir la cantidad de energía requerida para que el equipo industrial funcione. También pueden ayudar a reducir las emisiones asociadas de los combustibles fósiles utilizados como fuente de energía primaria. Para maximizar la eficiencia de la lubricación, debe considerarse la combinación de lubricantes que se están utilizando y observar de cerca las aplicaciones con alto rendimiento de energía, para determinar las áreas en las que pueden estarse produciendo obstáculos para la eficiencia.
3. Elegir lubricantes que, desde su diseño, fueron creados para reducir el impacto ambiental: Independientemente del origen del lubricante, es obvio que todo responsable del manejo industrial debe garantizar que ningún residuo de grasa sea vertido en el medio ambiente. Para las aplicaciones donde existe el riesgo de fuga, deben elegirse lubricantes biodegradables o aceites con baja toxicidad acuática, que proporcionen una medida extra de protección al medio ambiente.
4. Implementar y aprovechar al máximo un programa de análisis de aceite usado: Los programas de análisis de aceite usado son una excelente manera de optimizar el uso de lubricantes. En lugar de cambiar los aceites con frecuencia, estos programas de análisis permiten optimizar el intervalo de cambio de aceite, dependiendo del apetito específico de la maquinaria en cuestión. Los marcadores de análisis como los metales de desgaste, la oxidación de lubricantes y la presencia de contaminación pueden ayudar a aprovechar al máximo cada galón de aceite comprado. Cuanto menos lubricante se use, menor será el impacto de sus operaciones en el medio ambiente.
5. Identificar y reparar fugas: Las fugas pueden ser costosas desde las perspectivas económica y ambiental. La implementación de programas de lubricación permite mantener registros de consumo con los que se puede identificar rápidamente si hay equipos que están teniendo consumos superiores a los normales. Cuando esto ocurra, se deben hacer esfuerzos para reparar las fugas con prontitud. Abordar rápidamente las fugas ahorrará dinero y reducirá los posibles impactos indeseables en el medio ambiente. En el caso de cualquier derrame, los operadores deben cumplir con todas las leyes y directrices aplicables, para garantizar la seguridad del medio ambiente y de las personas.
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