¿Se puede generar menos contaminación usando lubricantes?

 

Actualmente, cuidar el medio ambiente es una cuestión fundamental para toda empresa. Aunque en realidad debería serlo para todas las personas, para las organizaciones este aspecto va más allá de un acto consciente o de amabilidad. El cuidado del planeta en el que vivimos es una necesidad y una obligación. 

En la industria, todas las empresas deben tener como objetivo el producir la menor cantidad posible de contaminantes, sea del tipo que sean, desde residuos sólidos que van a parar a los rellenos sanitarios, hasta las emisiones de gases dañinos para la atmósfera y el medio ambiente. 

Las empresas conscientes de este problema entienden que en un mundo donde no se puede respirar, no hay oportunidad para el crecimiento industrial.

Desde hace varios años, una de las preocupaciones principales ha sido la emisión desmedida de smog. Industria, gobiernos y ciudadanos trabajan para reducir las emisiones contaminantes que generan todo tipo de máquinas de combustión, automóviles, vehículos de carga, vehículos de construcción y demás equipo involucrado en las actividades diarias, incluso en la industria. 

Investigaciones al respecto han llegado a la conclusión de que, para reducir estos contaminantes sin detener el uso de las máquinas, los aceites lubricantes que utilizan los motores juegan un papel muy importante. 

Al reducir la fricción, el trabajo de carga de las máquinas es menor, por lo que se tiene un mejor aprovechamiento del combustible y menor desprendimiento de sustancias de desecho contaminantes.

Los factores involucrados para que esto suceda son varios, e implican desde los recursos utilizados para la fabricación de los aceites, hasta el mantenimiento que se le da a la maquinaria, siendo este el principal factor para que un lubricante logre ser totalmente eficiente y reducir al máximo su contaminación al medio ambiente. 

Las bases lubricantes son los aceites sin ningún tipo de aditivo. Se clasifican en aceites minerales, aceites vegetales y aceites sintéticos. Los primeros forman el grupo más amplio de oferta en el mercado, los segundos en su mayoría están relegados a sistemas de pérdida completa, fabricación de alimentos y sitios ambientales seguros. Por último, los aceites sintéticos han ganado una gran popularidad en los últimos años gracias a sus propiedades.

En la industria, para el uso de maquinaria y herramientas la competencia directa está entre los aceites sintéticos y minerales. 

Cada uno de estos tipos tiene sus ventajas, pero los aceites sintéticos suelen ser más limpios, ya que son formulados en laboratorio y por lo tanto, están hechos a la medida de las necesidades de rendimiento operativo. 

Ningún aceite es mejor que otro por generalidad. Cada caso es específico y cuenta con necesidades particulares de cada tipo de máquina y el proceso para el que se emplea. Entonces, para lograr reducir de forma considerable la contaminación, el mantenimiento constante y la selección cuidadosa de los aceites lubricantes son la clave. 

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