Impacto de la contaminación en los sistemas de lubricación: cómo prevenirlo
En la industria, la mayoría de las fallas mecánicas están relacionadas con problemas de lubricación. Y, dentro de estas, la contaminación del aceite es una de las causas más frecuentes y costosas. Agua, polvo, partículas metálicas y residuos químicos comprometen la calidad del lubricante, aceleran el desgaste de componentes y reducen la vida útil de equipos clave.
La contaminación puede parecer un problema menor al inicio, pero sus efectos se acumulan rápidamente. Incluso una pequeña cantidad de partículas sólidas (por encima de los niveles recomendados por el fabricante) puede generar abrasión en bombas, válvulas, cojinetes o cilindros hidráulicos, comprometiendo el rendimiento del sistema y generando paros inesperados.
Entre los tipos de contaminación más comunes se encuentran:
- Partículas sólidas: provienen de polvo ambiental, desgaste interno de componentes o incluso del aceite nuevo si no se filtra adecuadamente antes de entrar al sistema.
- Agua y humedad: entran por condensación, respiradores contaminados, fugas o malas condiciones de almacenamiento.
- Contaminación cruzada: ocurre cuando diferentes tipos de aceites (no compatibles) se mezclan accidentalmente.
- Contaminantes químicos: como combustibles, solventes o fluidos de proceso que ingresan por fugas internas o mal manejo de residuos.
- Los efectos de la contaminación son múltiples: oxidación acelerada del aceite, formación de barnices o lodos, pérdida de aditivos, corrosión, sobrecalentamiento y aumento del consumo energético del sistema.
En muchos casos, estos daños son progresivos y silenciosos, hasta que se traducen en fallas mecánicas críticas.
La buena noticia es que la prevención es posible y rentable. Algunas prácticas clave para mantener el aceite limpio y prolongar la vida de la maquinaria incluyen:
- Filtración eficiente: instalar filtros de alta eficiencia y realizar mantenimientos programados, tanto en línea como en sistemas externos de filtrado en recirculación (kidney loop).
- Respiradores con desecante: estos elementos evitan que el aire húmedo o cargado de polvo entre al sistema durante cambios de presión o llenado de tanques.
- Prácticas correctas de almacenamiento y manejo: mantener los bidones tapados, en zonas limpias y techadas; usar herramientas dedicadas y limpias para cada tipo de lubricante.
- Muestreos y análisis regulares: permiten identificar aumentos anormales de partículas, humedad o elementos no deseados antes de que causen daño.
- Capacitación al personal: para asegurar que las rutinas de lubricación se realicen con la técnica adecuada, sin introducir contaminantes por error.
En Lubrite, trabajamos junto con nuestros clientes para diseñar programas de control de contaminación personalizados, basados en la criticidad de sus equipos, las condiciones ambientales y los tipos de lubricantes utilizados. Proveemos soluciones técnicas, respiradores industriales, filtros, kits de análisis y acompañamiento experto para garantizar que el lubricante haga su trabajo sin interferencias.
Una lubricación efectiva no es solo cuestión de aplicar el aceite correcto, sino de protegerlo desde el primer día. Prevenir la contaminación no solo reduce fallas: mejora la eficiencia, prolonga la vida útil del equipo y disminuye los costos de mantenimiento.
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