Cómo prolongar la vida útil de tus aceites industriales

 


En una operación industrial, cada litro de aceite cuenta. Más allá del costo directo del lubricante, hay un costo oculto en los cambios innecesarios, las fallas por degradación prematura y el impacto en la productividad. Por eso, implementar prácticas adecuadas para prolongar la vida útil de los aceites industriales no solo mejora la eficiencia del mantenimiento, sino que representa un ahorro tangible en el mediano y largo plazo. 

El primer paso para extender la duración del aceite es entender que su desgaste no depende únicamente del tiempo o las horas de operación, sino de múltiples factores: temperatura, carga mecánica, velocidad, presencia de contaminantes, calidad de filtración, y manejo adecuado. Controlar estas variables permite mantener el lubricante en condiciones óptimas por más tiempo. 

Uno de los aspectos más críticos es la filtración. Incluso aceites nuevos pueden contener partículas microscópicas que dañan componentes sensibles. Instalar filtros de alta eficiencia y mantenerlos en buen estado es fundamental para evitar el ingreso de suciedad, partículas metálicas o restos de sellos al sistema. En sistemas hidráulicos, por ejemplo, una mala filtración puede reducir la vida útil del aceite en más del 50%. 

Otro factor clave es evitar la contaminación cruzada. Al rellenar o cambiar aceites, es fundamental asegurarse de que el nuevo producto sea compatible con el anterior y que no haya residuos de otro tipo de lubricante en el sistema. También se deben utilizar embudos, bombas y recipientes exclusivos para cada tipo de aceite, debidamente etiquetados y almacenados en condiciones limpias y secas. 

La temperatura de operación tiene un impacto directo en la vida del lubricante. Un aumento de 10 °C por encima del rango recomendado puede duplicar la velocidad de oxidación del aceite, degradando sus propiedades y acortando su efectividad. Controlar la ventilación, la disipación de calor y realizar inspecciones térmicas periódicas son medidas que ayudan a evitar el sobrecalentamiento. 

El control de humedad es igualmente importante. La presencia de agua —ya sea por condensación, fugas o ambientes húmedos— puede provocar emulsificación, pérdida de aditivos y corrosión interna. Utilizar respiradores con desecante en tanques, almacenar los bidones en lugares techados y tomar muestras regularmente ayuda a evitar este problema. 

Una práctica cada vez más común en empresas de alto rendimiento es el análisis de aceite en servicio. A través de pruebas periódicas en laboratorio, se puede determinar si el lubricante aún cumple con los parámetros requeridos o si ha llegado el momento de reemplazarlo. Este enfoque basado en condición (en lugar de tiempo) permite alargar los intervalos de cambio sin comprometer la integridad del sistema. 

También es importante tener en cuenta la rotación del inventario de lubricantes. Los aceites almacenados por demasiado tiempo pueden perder propiedades, especialmente si no se protegen del calor, la luz solar directa o la humedad. Aplicar el principio FIFO (First In, First Out) y realizar inspecciones visuales y físicas antes de usar cada lote puede prevenir problemas. 

En Lubrite, no solo proveemos aceites industriales de alto desempeño, sino que también brindamos asesoría técnica para ayudarte a sacar el máximo provecho de cada carga. Desde el diseño de rutinas de mantenimiento, hasta el soporte en análisis y monitoreo, te acompañamos para reducir consumo, evitar desperdicios y mejorar el rendimiento general de tus equipos. 

Con buenas prácticas, tecnología adecuada y monitoreo continuo, es posible extender significativamente la vida útil de tus lubricantes industriales, optimizando recursos y reforzando la confiabilidad de tus procesos productivos.

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