Tecnología vs la escasez de mano de obra

Desde la Revolución Industrial surgió la idea de que las máquinas, principal imagen de aquella época, sustituirían al hombre en sus tareas. Desde entonces muchos de los trabajos realizados por operadores se han sistematizado y mecanizado para ser ejecutados por máquinas, lo cual para algunos representa una mala noticia que se traduce en la pérdida de empleos, mientras que para otros es algo positivo, pues permite que los empleados se dediquen a labores menos tediosas y repetitivas.

Aunque han pasado varias décadas desde la incorporación de las máquinas a la producción de bienes y servicios, la misma pregunta sigue vigente: ¿Pueden las máquinas reemplazar la función del trabajador? Los avances tecnológicos disponibles en la actualidad y su incorporación a la industria hacen parecer que la respuesta está más bien orientada a la integración de todos los recursos disponibles, humanos y digitales, que permita crecer exponencialmente la capacidad de producción de los operadores; es decir, una combinación de lo mejor de ambos mundos.

Dicha incorporación se puede apreciar de mejor forma en la cuarta revolución industrial que se vive en nuestros días: la industria 4.0. En esta etapa destaca la implementación de las innovaciones en tecnologías de información para generar más información y mejor detallada de los procesos industriales. Se trata de una big data recopilada, analizada y controlada por los operadores, quienes han visto beneficiada su labor al poder tomar decisiones mejor informados, que los ayudan a prevenir averías o paros no programados y programar el mantenimiento adecuado para la maquinaria.

Debido al confinamiento para prevenir contagios de COVID-19, durante el 2020 el mundo se vio obligado a avanzar rápidamente en el uso de las tecnologías para optimizar el trabajo y la producción. Ahora, con el regreso escalonado a las actividades presenciales está ocurriendo un fenómeno interesante respecto a la empleabilidad que afectará a las empresas: Existen más vacantes que personas disponibles.

Esta situación forma parte de la transición hacia el uso generalizado de tecnologías en la industria, pues para las empresas, se ha vuelto complicado encontrar mano de obra calificada para ejecutar los nuevos procesos tecnológicos que se vienen implementado. Existen varios factores que dieron pie a esta discrepancia, de entre los cuales destacan la edad de jubilación inminente para los baby boomers, la percepción errónea generalizada entre los trabajadores más jóvenes de las labores en la industria automatizada y la brecha creada en las habilidades necesarias tras la incorporación de tecnologías de información e innovaciones digitales a la industria.

Aprovechar la fuerza laboral actual con los modos tradicionales de producción supone una disminución en la eficacia de las empresas, además de un retraso en la competitividad del mercado. Sin embargo, en el otro lado de la moneda, la escasez laboral se debe, entre otros factores, al salto obligado del 2020 y la brecha generacional entre baby boomers y millennials, por lo que se prevé que el camino indicado sea la retención de la mano de obra actual orientada a una capacitación de las nuevas herramientas y metodologías mientras se agiliza el ingreso de nuevo personal que, desde su inicio de labores, conozca la forma operativa de la industria 4.0.

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