La inteligencia artificial en la manufactura

 

Para las empresas, la migración a la industria 4.0 ha implicado la implementación de las nuevas tecnologías que les ayuden a homologar todos sus procesos en una integración inteligente, para convertirse en entes capaces de transmitir grandes cantidades de datos en tiempo real.

El gran agente de cambio hacia esta nueva revolución industrial ha sido la inteligencia artificial, pues ha puesto en marcha un nuevo patrón de funcionamiento en las industrias respecto a la interacción del hombre y las máquinas. Operadores y maquinaria de trabajo ahora interactúan en un mismo sistema digital para formar fábricas inteligentes. 

Esta evolución de las fábricas tradicionales incluye estructuras y procesos automatizados que permiten a la maquinaria comunicarse entre sí, con la fábrica en general y directamente con los operadores. Las competencias y características de inteligencia artificial son cada vez más demandadas en el sector industrial, pues implican un salto enorme hacia una mejor productividad y eficiencia. Las empresas se están viendo obligadas a tomar una decisión entre unirse a la cuarta revolución industrial o arriesgarse a desaparecer lentamente.

Cuando se habla de inteligencia artificial inevitablemente la conversación gira en torno a las máquinas, datos, computadoras e internet. Sin embargo, no es sólo la tecnología la que marca el éxito de la productividad industrial 4.0, pues es vital que los operadores avancen junto con los nuevos procesos, que sean capaces de comprender, utilizar y, sobre todo, interpretar la gran cantidad de datos que ofrecen los nuevos softwares de producción.

Durante el año 2020, la pandemia provocada por el COVID-19 obligó a todas las personas y empresas, en cualquier forma de organización, a avanzar radicalmente  respecto al uso de las tecnologías para la interacción, trabajo y producción. Debido a que los operadores no podían continuar ejerciendo su tarea de forma presencial, las industrias se vieron obligadas a evaluar en varias ocasiones su retorno de inversión, re asignando sus costos y procesos, valiéndose de la big data para hacer los ajustes necesarios que les ayudaran a prevenir pérdidas, en la mayor medida posible. 

El retorno de inversión no fue el único factor que se ajustó con ayuda de la big data generada en la industria 4.0. Para encontrar cómo continuar operando al mismo tiempo que se implementaba el distanciamiento social para prevenir la propagación del nuevo coronavirus, se utilizó inteligencia artificial para operar las máquinas más importantes a distancia.

Ahora, a medida que se vislumbra un panorama alentador para retomar las actividades en la nueva normalidad, las tecnologías de la información siguen y seguirán mostrando cómo es posible optimizar los procesos de producción sin comprometer el trabajo del operador. 

En realidad, la combinación de un empleado capacitado para utilizar las tecnologías de la información implementadas por la industria y que son requeridas por la competencia en los mercados es la clave para que las empresas continúen operando con éxito, enfrentándose a la pandemia mundial y a retos similares que puedan presentarse en el futuro. 

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