Cómo afecta el polvo al lubricante de tu maquinaria

 

Una de las principales causas de pérdida de ingresos al interior de cualquier industria es la parada repentina de las operaciones, que a su vez, está íntimamente ligada a fallas derivadas del funcionamiento incorrecto del lubricante; ya sea por excesos o deficiencias de suministro, por emplear aceites y grasas incorrectos o bien, por la presencia de contaminantes en el lubricante (Incluso, puede presentarse una devastadora mezcla de todos esos factores).

La contaminación del lubricante es una situación común, que puede afectar al fluido en cualquier etapa del ciclo de vida del aceite; incluso recién suministrado o nuevo, y que no distingue entre industrias. 

Existen varios tipos o formas de contaminación. Por ejemplo, la contaminación por exceso de lubricante puede tener dos orígenes: interno y externo. También hay una serie de contaminantes como el polvo externo, el agua o la humedad que se generan fuera de la máquina y pueden hacer que el aceite se contamine.

Otros contaminantes son de origen interno, inherentes a las funciones que cumple el fluido lubricante en el interior de la máquina, y que no pueden evitarse durante su funcionamiento. Estos incluyen productos de degradación o partículas de desgaste que provienen de la propia máquina. Incluso los refrigerantes pueden causar una contaminación no deseada.

En otras palabras, hay una serie de procesos que pueden añadir contaminantes que son externos al funcionamiento real del aceite, mientras que otros contaminantes se derivan del propio proceso de producción.

Especialmente, las diminutas partículas de polvo, en apariencia inofensivas y que incluso pueden pasar desapercibidas para el ojo humano, tienen un enorme potencial de daño contra la maquinaria. ¿Te preguntas por qué?

El interior del equipo industrial suele tener una superficie puede ser muy áspera con bordes afilados e irregulares que rayan y abollan las superficies metálicas. Debido a su tamaño, las partículas de polvo pueden abrirse camino entre las piezas móviles de la máquina e interferir con la capacidad del lubricante para mantener una capa de película protectora entre esas superficies.

A medida que se rayan y raspan las superficies metálicas, además del evidente desgaste que se provoca, su contacto genera partículas de desgaste metálico que al tener contacto con el lubricante lo contaminan aún más. Estas partículas pueden tener reacciones químicas adversas con el aceite, que alteran o reducen desfavorablemente el rendimiento de sus aditivos.

Las partículas también pueden obstruir los filtros, interfiriendo con el flujo de lubricante, lo cual puede conducir a una mayor fricción, desgaste y acumulación de calor. Debido a que las partículas diminutas tardan en asentarse, también pueden promover la formación de burbujas de aire en todo el lubricante, así como atraer y emulsionar el agua. 

Estas situaciones podrían generar problemas tales como una menor resistencia de la película lubricante.

Las mencionadas anteriormente son apenas las consecuencias más simples y frecuentes que la presencia de polvo y otras partículas contaminantes pueden provocar en el lubricante. 

Para ayudar a controlar la contaminación es necesario cumplir con las mejores prácticas para el almacenamiento y manejo de lubricantes, así como usar y mantener diligentemente los sellos, filtros y respiraderos en el equipo, aunado a un análisis regular del aceite, para monitorear su condición de forma periódica y detectar problemas antes de que se conviertan en situaciones catastróficas. 

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